Metabolismo
Una de las consecuencias del metabolismo es el
crecimiento. Este fenómeno se caracteriza por el aumento de
sustancia viva en el cuerpo. Este crecimiento puede tener distintos ritmos
según la edad del individuo. En el ser humano, por ejemplo, la mayor rapidez de
crecimiento ocurre durante la gestación o desarrollo en el interior del seno
materno y en la edad juvenil, entre los doce y catorce años. En tal sentido, es
imperativo brindar la importancia debida a la buena alimentación en estas
etapas de modo que exista un mayor aporte calórico e ingesta de alimentos.
Los alimentos no sólo permiten que los seres vivos crezcan y se
desarrollen; también aportan la energía necesaria para que el ser viviente
realice otras actividades vitales (como la respiratoria y la reproductora que
supone dejar descendencia para perpetuar la especie en el tiempo). En síntesis,
cualquier movimiento, cualquier actividad de un ser vivo supone un gasto de
energía. Y esta energía es proporcionada por los alimentos.
Proceso digestivo
El proceso por el cual el organismo animal obtiene la energía química y
los materiales plásticos que necesita constan de tres etapas consecutivas:
- La ingestión o ingreso de alimento
- La digestión o tratamiento químico y mecánico del
alimento hasta obtener compuestos más pequeños que ya puedan ser
absorbidos y transportados hasta las células y, por último
- La utilización de los nutrientes por parte de las
células a través del proceso metabólico. Al final, la célula vierte al
sistema circulatorio los productos de desecho de su actividad metabólica
En los animales superiores, el alimento es tratado a lo largo del tubo
digestivo, que comienza en la boca, zona de incorporación del alimento al
cuerpo. El proceso de digestión comienza a realizarse en la boca, sigue en el
estómago o estructuras semejantes e intestino. Los productos residuales se
expulsan por el extremo final del tubo o ano. A nivel del intestino se absorbe
el alimento, que pasa al sistema circulatorio, el cual lo traslada directamente
hasta los tejidos.
El aprovechamiento de los alimentos supone la combustión de parte de
ellos en el interior del organismo, con aporte de oxígeno que se incorpora a
través del sistema respiratorio y circulatorio. En este proceso de combustión
lenta se produce energía que el organismo utiliza para realizar todas sus
funciones y actividades. Durante este proceso se producen sustancias de desecho
como el dióxido de carbono, urea, entre otros; que son eliminados por la
respiración y orina.
Todos estos eventos se ven favorecidos por dos
etapas fundamentales en el proceso de digestión como son los de tipo mecánicos
y químico. El primero es realizado por la dentadura y la musculatura de las
paredes del tubo digestivo, especialmente el estómago; y el segundo por las
enzimas que son vertidas a lo largo del mismo, para poder degradar el alimento con
el fin de que se produzcan partículas pequeñas que luego serán transportados a
los tejidos del cuerpo para favorecer todas las actividades metabólicas,
producción de energía, reparación de tejidos y crecimiento y desarrollo normal
de nuestro organismo
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